lunes, 2 de noviembre de 2015

Pero, entonces: ¿Cómo carne roja o no?


Esta es la pregunta que probablemente estén realizándose millones de personas en el mundo estos días, a tenor el último informe de la Organización Mundial de la Salud, en el que la carne no sale muy bien parada. Si hablamos de la procesada, la equipara este organismo por su peligrosidad a sustancias como el tabaco, el alcohol, el aire contaminado o incluso el plutonio.

Veintidós científicos de la IARC, Agencia Internacional para la investigación del Cáncer, ponen el acento en los efectos nocivos de salchichas, chorizos, alguna carne picada y casi todo tipo de embutidos. Los mismos investigadores dejan en el aire los efectos cancerígenos de la carne roja sin procesar, es decir, sin ser sometida a tratamientos como ahumados, salados y fermentados para conservar su sabor y propiedades.
Aseguran los responsables del estudio en el polémico informe que existen indicios, pero no tan concluyentes como el caso de los procesados.

En medio de las protestas del sector cárnico, los expertos tratan de responden a las preguntas de los consumidores.

Para el autor de “Tu eres tu medicina”, Ata Pouramini, que viene abordando este asunto en sus diferentes publicaciones, la respuesta es sencilla: evita la carne roja en la medida de lo posible y elimina de tu dieta los productos derivados de la misma que hayan sido procesados.

El experto en nutrición basa su dictamen, al igual que lo han hecho los responsables de la IARC, en estudios de cohorte, es decir, los basados, en la selección de una amplia muestra de gente de distintos países, razas, clases sociales, edades, esto es, diferentes perfiles de esto. A partir de ahí se estudia su alimentación y se realiza un seguimiento general de su salud, con especial atención a a las enfermedades contraídas.

En este sentido, Ata Pouramini cita un estudio de The European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (Investigación prospectiva europea sobre cáncer y nutrición). Este trabajo, basado en la observación de medio millón de personas de diez países a lo largo de doce años, concluyó que comer cantidades moderadas de carne roja no tenía ningún efecto en la mortalidad. El riesgo comenzaba a partir de cantidades entre 80g -que es lo que pesa un filete pequeño- y 160g al día El estudio confirmó a su vez que comer carne procesada tiene un efecto negativo sobre la salud. Cualquier cantidad superior a 40g al día incrementa la mortalidad y el cáncer.

Ingerir cantidades inferiores a dichos miligramos aporta elementos positivos para nuestra dieta , caso de las proteínas y nutrientes necesarios como el hierro y la vitamina B12. Pero, aclara, Pouramini,: “¿Quién toma en realmente una pieza de carne tan pequeña?. Siendo realistas, nadie.”

 El debate, más allá del cáncer

Ata Pouramini extiende el debate sobre el consumo de carne más allá de sus efectos cancerígenos y lo lleva a términos de sostenibilidad global, aunque, aclara, en realidad, la cuestión está muy relacionada.

La demanda mundial de carne es tan elevada, explica, que los métodos de producción de alimento para el ganado resultan poco saludables para los animales y las personas, creándose así un círculo vicioso insalubre.

Producir, producir y procesar comida rápida implica la necesidad de matar, sólo en Estados Unidos, diez mil millones de animales al año. Vacas, corderos, cabras, cerdos, pollos..Todos ellos colocados uno detrás del otro irían y volverían de la Tierra a la Luna cinco veces.

De esta ganadería masiva surge la segunda fuente de contaminación por gas en la atmósfera, que afecta al calentamiento global.
Su mala alimentación, lejos de pastos limpios y naturales, se está relacionando también con enfermedades como la diabetes, el colesterol, el ácido úrico y el riesgo de crisis coronarias.


Ata Pouramini es autor del libro “Tú eres tu medicina”.

Es orientador en salud, experto en nutrición y  uno de los quiroprácticos más reconocidos . Tiene en Valencia una de las consultas más importantes del mundo. Estudió Nutrición en la Oxford Brooks University, es Licenciado en Ciencias Humanas, Master en Ciencias Quiroprácticas, Doctor en Quiropráctica  y miembro de la Asociación Española de Quiropráctica. 

 Para reflexionar, ¿verdad?  

1 comentario:

Aydita dijo...

Un post muy interesante
Besos

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