Solana & Rojano, en el nº 56 de la calle Serrano de Madrid, es un nuevo espacio dedicado a la belleza, en el que sus profesionales te asesorarán para estar aún más guapa.
Con un trato excelente y en un entorno muy cuidado puedes disfrutar de sus tratamientos faciales, corporales y capilares.
Para los tratamientos faciales y corporales cuentan con la firma Maria Galland. Previo diagnóstico de tu piel te indicarán el tratamiento personalizado más adecuado a las necesidades de tu piel.
Además, cuentan con la aparatología más avanzada: cavitación, radiofrecuencia y presoterapia.
Pero como punto fuerte, el cuidado capilar, es excelente. Trabajan con productos de coloración que respetan la salud del cabello (coloraciones en aceite sin amoniaco) y con la marca Simply Zen que tienen en exclusiva en España, y que utiliza extractos botánicos y sigue los pasos de la filosofía zen.
Para las que disponéis de poco tiempo, os recomiendo Milkshake, la línea de tratamientos rápidos de Simply Zen, con unos olores increíbles.
Yo estuve el pasado martes, quería prepararme para las vacaciones con una pedicura Shellac, la sorpresa fue que incluía 30 minutos de ictioterapia, que se lleva a cabo con la ayuda de unos peces llamados garra rufa. Los de éste centro proceden de las cuencas termales de Kangal (Turquía), así que total confianza.
Cualquier otro tratamiento, por más que nos aseguren que es efectivo, debe ser rechazado si se trata de otro pez, podría dañar seriamente la piel.
Mi primera reacción fue NOOOOOOO, ni loca, yo ahí no meto los pies. Pero, tras este primer momento de pánico y con la información y tranquilidad que me transmitieron en el centro, disfruté de una nueva y maravillosa experiencia.
El proceso consiste en sumergir los pies en el agua, que debe estar a 32ºC, pero es importante no tocar el fondo ni los laterales de la pecera. Este recinto, se limpia a diario y se comprueba que los niveles de nitritos, nitratos y amoniacos sean los correctos.
Pues bien, una vez introducidos los pies, casi de inmediato, cientos de peces comienzan a hacer su trabajo.
Al principio se siente un leve cosquilleo, un burbujeo, que al rato se transforma en un masaje placentero y relajante. Los peces, que no tienen dientes y tienen ventosas como boca, se alimentan de las impurezas y la piel muerta mejorando la suavidad y la circulación de los pies.
A continuación un masaje y una esmerada pedicura que finalizó con el esmalte-gel Shellac, que seca rapidísimo. No necesita ningún cuidado especial y dura unas dos semanas, tal vez algo más al tratarse de los pies, ya que el crecimiento de la uña es más lento que en las manos. El color debe permanecer intacto durante este tiempo, para retirarlo, solamente hay utilizar acetona pura.
Me encantó la experiencia y el resultado, os lo recomiendo. Un lugar perfecto para evadirte, relajarte y mimarte.
Gracias a Olga y al resto del equipo por su magnífica atención. ¡Nos vemos pronto!
¿Habéis probado la ictioterapia? ¿y el Shellac?