Te ayudan a guardarlo todo, especialmente lo más pequeño y difícil de
ordenar. Y, además, decoran tu casa con su irresistible encanto natural
Las cajas y los cestos no solo ayudan a quitar los
pequeños objetos, prendas o accesorios que normalmente acumulamos sobre
cualquier superficie, sino que también ayudan a organizar. Si los escogemos de
diferentes medidas podemos ordenar los objetos por tipología, por tamaño o por
frecuencia de uso. Lo mejor de todo es que encajan en cualquier espacio, pues su
encanto no desentona, sino que suma calidez y un toque muy natural. En cuestión
de orden, cajas y cestos son los aliados imprescindibles.
Muy útiles en el salón
Mandos a distancia, libros, revistas... La mesa de
centro puede ser un auténtico cajón de sastre donde acumulamos un poco de todo.
Cajas y cestas te ayudarán a evitarlo. Las primeras son muy útiles para reunir
los distintos mandos, mientras que las cestas resultan muy prácticas en la zona
de baldas. Puedes usarlas a modo de revistero o para guardar las velas o los
libros que normalmente tienes encima cuando se usa la mesa para servir la
merienda o el café.
Toque rústico
Si tienes chimenea, un cesto con asa es perfecto para
transportar y guardar los troncos, piñas y ramas que usas para encenderla.
Queda muy decorativo e incluso puedes usarlo como centro rústico para decorar
el hueco de la chimenea cuando no está encendida.
Tus cosas siempre a mano
Usa los cestos para tener los objetos cerca de donde
se utilizan. Ejemplo: los libros junto a la zona de lectura y bolsos y bufandas
bajo un banco del recibidor. Ponlos debajo de un mueble y no restarán espacio.
También como despensa
En la cocina, las cestas son ideales para alimentos
que no necesitan nevera como patatas, cebollas o alguna fruta de temporada.
Asimismo, con una funda son perfectas a modo de panera, ya que el pan “aguanta”
mejor en contacto con la tela que en un recipiente de plástico. Las cajas, por
su lado, son ideales para alimentos que se ablandan o endurecen con el paso de
los días, como galletas o magdalenas. Las metálicas son muy decorativas.
Siempre es mejor que sean herméticas.
Interiores bien organizados
En los cajones hondos, las cestas evitan que los botes
estén desordenados. En un cajón estándar (60 cm de ancho x 60 de fondo), te
caben cuatro cestas de 30 x 30 cm. Delante guarda los botes de más uso (tipo
pasta y harina) y detrás los que no necesitas a menudo.
Para servir y recoger la mesa
Las cestas con compartimentos, a modo de cubertero,
son muy prácticas en la cocina. Puedes usarlas en la zona de trabajo para
reunir los utensilios que más utilizas o para transportar el servicio de mesa y
el aceite a la hora de comer.
Más fácil de localizar
De fibras, tela, cartón, metacrilato... las cajas de
almacenaje para interiores de armario son casi infinitas. En un armario abierto
las cestas de fibras resultan decorativas y prácticas a la vez. Elígelas según
lo que vayan a albergar –calcula unos 40 cm de ancho para camisetas y jerséis–
y, si las forras con telas, además de ser más decorativas, protegerás mejor la
ropa. Pon las cajas más voluminosas en la parte superior del armario y, si
puedes, identifica su contenido.
Guarda tus complementos
Las cajas redondas, tipo sombrereras, son ideales para
guardar cinturones, ya que evitan que se deformen. En cambio, para los bolsos
son más prácticas las cajas grandes, tipo contenedor. Para ahorrar espacio,
guarda los bolsos blandos dentro de los rígidos.
Para lo más delicado
Pañuelos de seda, ropa interior especial, joyas... Las
cajas son tus mejores aliadas para mantener localizados y a salvo tus pequeños
tesoros. En el caso de los pañuelos, si tienen casillero interior te será más
fácil localizarlos.
A modo de bajolavabo
Las cestas son un elemento casi indispensable en baños
con baldas voladas. Lo mejor es que destines cada caja a un tipo de objeto: una
para las toallas, otra para los geles.... En baños compartidos, otra opción es
que cada uno cuente con su propia cesta para guardar sus cosas. Las más nuevas,
como la línea Lidan de Ikea, se realizan con polipropileno: muy resistente a la
humedad y lavable a máquina. Si usas alguna caja de madera en el baño, trátala
con barniz incoloro de exterior para protegerla.
La mejor presentación
¿Vienen unos amigos de visita y quieres tener el baño
a punto para ellos? Una cestita te ayudará a presentar de una manera más
ordenada y decorativa toallas y jabones. Con una de unos 20 x 15 cm te bastará
para tener dobladas o enrolladas un par de toallas de mano y alguna pastilla de
jabón.
Juguetes y ropita en orden
Una funda de tela, una etiqueta con el nombre, un
dibujo... En la habitación de los peques es muy práctico personalizar las cajas
y los cestos. Así será más fácil que ordenen solitos su ropa y sus juguetes, y
ya no tendrán que llamar a mamá para encontrar lo que buscan.
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