Sigue
el decálogo para adelgazar de forma sana y sin sufrir del experto en nutrición
Ata Pouramini
No
han terminado las fiestas y ya estás arrepentid@ de esos kilos de más que, inevitablemente,
has ganado con tantas celebraciones sociales y familiares.
Sin
embargo, el famoso dicho que reza lo que “fácil llega fácil se va” no es
aplicable al peso y se nos vienen por delante unos meses de desafío con la
báscula. Y eso que aun queda mucho tiempo para comenzar a destaparnos con los
calores primaverales.
Hasta
entonces, y siguiendo los consejos del experto en nutrición Ata Pouramini, te
proponemos la siguiente lista de recomendaciones para peder peso, de forma sana
y sin sufrir.
1)
No insistas en el deporte aeróbico si no tienes experiencia y sí “algunos
años” y una gran pereza. Apúntate a la última moda, el llamado fastwalking,
que no es otra cosa que caminar deprisa durante una media hora diaria. Te
evitarás lesiones, abandonos anunciados del gimnasio y perderás calorías, eso
sí, si perseveras.
2)
Apunta estas dos substancias inhibidoras del apetito: la colecistoquinina
y la capsaicina.
Sí,
suenan raro, pero resultan eficaces para perder peso porque te hacen tener
menos hambre. La primera es una hormona presente en algunos
alimentos, por ejemplo, lo frijoles, la carne magra y las verduras, aunque su
eficacia es mayor en los frijoles. La capsaicina está presente en los pimientos
picantes, las guindillas y los chiles.
3)
Entrégate a lo integral. Sustituye tu pan, tu pasta, los cereales y
el arroz por el mismo producto, pero integral. De esta forma,
ingerirás hidratos compuestos en lugar de simples, con lo que aligerarás la
carga de azúcares refinados en tu alimentación.
4)
Apunta esta serie de alimentos “quemagrasas” o que, dicho de otra
manera, consumen más calorías en su digestión de las que nos aportan: aguacate,
pomelo, frutos rojos, sopa de hortalizas y té.
5)
Proteínas; mejor vegetales que animales. De la carne, lo ha dicho todo
la OMS. Evita la carne roja en la medida de lo posible y qué decir de las más
grasas como cordero o cochinillo. Existen productos naturales que contienen las
proteínas esenciales que necesita tu organismo. Quizá te sorprenda esta recomendación
de Ata Pouramini: el amaranto, conocido como el mineral galáctico, porque lo
consumen los astronautas. Se puede tomar como cereal o en semilla e incluye
todos los aminoácidos esenciales. Además, apunta las semillas de chía, las
lentejas, los garbanzos y el trigo sarraceno.
6)
Muy recomendadas: las proteínas animales del huevo y el salmón. Estos dos
superalimentos son imprescindibles en una dieta completa y sana, según el
también autor de “El gato persa que quería comer caviar”. El huevo hidrata, no
engorda si lo cocinamos adecuadamente, nos aporta energía y parece
descartada su aportación a los índices elevados de colesterol . El salmón
contiene ácidos grasos Omega 3, el antioxidante perfecto.
7)
Adelgazar también es cuestión de organización. No podrás hacerlo si
realizas la compra cuando tienes hambre y te sientes débil frente a caprichos.
Tampoco lo lograrás si no tienes los productos sanos a mano y sí el chocolate y
otros snacks para picar entre horas. Debes apartarlos de tu vista y acudir al
supermercado con una lista bien preparada y con alternativas para los productos
que más te gustan.
8)
Dí si al cheat meal: puedes
“hacer trampas” una vez a la semana. Sí, tómate una hamburguesa y una cerveza
si quieres el sábado. Es mejor que picar entre horas todos los días.
9)
Si no puedes resistir la ansiedad de picar, apunta: nueces, anacardos,
pipas y pepinillos en vinagre. Todos estos productos son
saludables. Los dos últimos, los menos calóricos.
10)Ni
que decir tiene el término sano excluye las famosísimas dietas milagro, de todo
tipo y categoría.
No sólo son malas para tu salud, sino que además producen el conocido efecto
yo-yo. Puede que pierdas peso de forma rápida y sorprendente, pero, de la misma
forma, lo recuperarás, y con creces, tiempo después. Engordarás lo perdido,
y algo más.
Esto
sucede porque el organismo realiza una reserva calórica de supervivencia. Es
decir, aunque tenga suficientes nutrientes en su “almacén” comienza a guardar
para cuando no haya. De ahí que acumulemos grasa en algunas partes del cuerpo.
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