El experto Ata Pouramini explica, entre otros motivos, la posible relación de la falta de sueño con el Alzheimer
Los seres humanos consumimos el 36% de nuestra vida
durmiendo. Por hacernos una idea aproximada, si una persona llega a cumplir
ochenta años, pasará cerca de veintinueve de los mismos en los brazos de
Morfeo. O al menos así debería ser.
Según el autor de “Tú eres tu medicina”, Ata Pouramini, hoy en día dormimos tres horas
menos que hace medio siglo y esos ciento ochenta minutos de sueño reparador que
le restamos al cuerpo pueden perjudicar nuestra salud a corto, medio y, sobre
todo, largo plazo.
Recientes investigaciones realizadas en la Universidad
californiana de Berkley y de las que Pouramini se hace eco han hallado una
posible relación entre la falta de sueño y el Alzheimer. Según explica el
experto, la noche y el sueño son el escenario en el que las células de nuestro
cerebro son sometidas a una limpieza de “elementos impuros”, de desechos. Uno
de estos es la proteína beta-amiloide, responsable de desencadenar la terrible
enfermedad que causa la pérdida de memoria en los seres humanos. Por explicarlo
de una forma sencilla, las células se encogen, expone, para dejar paso al
líquido céfalo raquídeo, encargado de la limpieza. Si ésta no se realiza bien,
los procesos de elaboración de los recuerdos podrían quedar afectados.
A esta poderosa razón, Ata Pouramini suma otras cuatro, de
vital importancia para construir un estilo de vida saludable:
-
Dormir poco nos hace propensos a la
obesidad.
Menos de cinco horas de sueño provocan que el organismo
reclame una mayor cantidad de hidratos y azúcares para continuar en marcha. El
cuerpo se siente fatigado y busca la energía inmediata en los alimentos que se
la proporcionan. Estos alimentos suelen ser ricos en grasas y calorías. Pizzas,
hamburguesas y picoteos entre horas, comidas que nos gustan, pero que no resultan
saludables, están también relacionadas con el llamado deseo de recompensa, que
sentimos cuando necesitamos cierto apoyo emocional. Tras la vigilia, nada
grata, casi siempre, reclamamos esa recompensa y al no haber dormido no
pensamos con claridad, por lo que cedemos de forma fácil ante los impulsos.
-
La falta de sueño nos deja a merced del estrés
y la neurosis.
En este caso la relación causa- efecto nos introduce en un
círculo vicioso de impredecibles consecuencias cuando la falta de sueño se
convierte en crónica. Algunos estudios alertan de la posibilidad de padecer
problemas mentales si nuestras neuronas no disponen el suficiente tiempo por la
noche para realizar su función clasificadora de la realidad que han percibido.
El insomnio nos expone a una hipersensibilidad que nos aleja cada vez más de la
realidad. Tres días sin dormir nada son suficientes para padecer alucinaciones.
-
A menos horas de sueño, menos
creatividad y menos confianza.
Exactamente por el mismo motivo. El sueño ordena nuestro pensamiento,
desechando lo inútil, fijando los recuerdos y clasificando los conceptos.
Cuando nuestra cabeza no está en orden nos sentimos desarmados, sin poder para
llevar las riendas de nuestro propia mente. Si no estamos seguros, no nos
encontramos en disposición de crear para producir.
-
Morfeo protege nuestra salud cardiovascular.
La falta de sueño nos desestructura a nivel metabólico.
Dejamos de metabolizar bien el azúcar, se alteran nuestras constantes de
presión arterial y nuestro corazón sufre. El estrés le desencadena, además, un
sufrimiento extra.
Para Ata Pouramini la salud del sueño es básica para la
vida. Pero, añade, no se trata sólo de cantidad, sino de calidad, por lo que se
requiere un sueño plácido y reparador, en un entorno relajante, aislado de
ruidos y de interferencias del mundo digital. Según el quiropráctico, no sólo
es necesario sacar de la habitación ordenadores, tabletas y teléfonos, sino
apagarlos varias horas antes de acostarse.
1 comentario:
Si no dormimos bien no rendimos!
Besos
Publicar un comentario