Normalmente se suele intentar disminuir el
consumo de hidratos de carbono cuando tenemos unos kilitos de más, pero está
justificación no es cierta, estos son la fuente de energía más importante de
nuestra alimentación diaria.
Los hidratos de carbono tienen como función
principal aportar energía al organismo. De todos los nutrientes por los que
podemos obtener energía, estos son los que dejan menos residuos en nuestro
cuerpo. De hecho, el cerebro y el sistema nervioso solamente utilizan hidratos
de carbono para obtener energía. De esta manera se evita la presencia de
residuos tóxicos en contacto con las delicadas células del tejido nervioso.
¿Cómo clasificar los
hidratos de carbono?
Los hidratos de carbono simples son moléculas
pequeñas solubles en agua y de sabor dulce. Son descompuestas rápidamente por
el organismo y su paso por la sangre es inmediato. Estos azúcares carecen de
fibras, minerales y vitaminas y se encuentran en alimentos como el azúcar, la miel,
los pasteles o la bollería.
Por otro lado, los hidratos
de carbono complejos son moléculas de gran tamaño, no tienen sabor dulce y
necesitan descomponerse hasta hidratos de carbono simples para poder ser
absorbidos en el organismo. Poseen un elevado contenido en fibras, vitaminas y
minerales lo que ralentiza el paso de este nutriente a la sangre. Se encuentran
en alimentos como el pan, las legumbres, el arroz o la pasta.
¿Cuáles son los dos errores más habituales en
nuestra alimentación cotidiana?
1.
Eliminar
de la dieta alimentos ricos en hidratos de carbono complejos por temor a
engordar es uno de los errores que en mayor medida se suele cometer
actualmente.
2.
Abusar
del consumo de hidratos de carbono simples. Una deficiencia en hidratos de
carbono complejos puede causar fatiga, debilidad, irritabilidad continua y unas
malas condiciones mentales, como la falta de concentración, memorización o
lenta agilidad mental. Sin embargo, el exceso de hidratos de carbono simples
puede ser causa de obesidad, hipertrigliceridemia, caries o favorecer la
condición de desarrollar algún tipo de diabetes.
Por tanto, se recomienda aumentar
el consumo de hidratos de carbono hasta un 50-55% de la ingesta energética
total de la dieta diaria, teniendo en cuenta que el consumo de hidratos de
carbono simples no debe sobrepasar un 10% del total. Se debe aumentar el
consumo de frutas, vegetales, legumbres y cereales integrales, y reducir el
consumo de azúcar refinado y alimentos ricos en él.
¡Disfruta de una dieta
equilibrada, introduciendo hidratos de
carbono complejos!
1 comentario:
Super útil este post!
Un beso
Publicar un comentario