¡Por fin llega el calor! Tras
una racha donde las temperaturas invernales han predominado el ambiente a pesar
de estar ya en plena primavera, ahora el clima da tregua y permite dar rienda
suelta a prendas más ligeras con las que disfrutar de las calles y las terrazas.
Pero este regocijo se ve ocasionalmente nublado por un acontecimiento común a
esta época: el temido cambio de armario. Ahora bien, ¿cuál es la clave para
sobrevivir a él y, lo más importante, acertar con lo que dejamos a mano?
Para ayudar con este cambio de
armario de cara a la nueva temporada estival, os traigo unos consejos para que
este cometido sea estratégicamente práctico.
1.
Vestidos y faldas
Los vestidos y las faldas se
han convertido en imprescindibles del armario en cualquier fecha el año. Si
durante el invierno se acompañan de medias y abrigos, en verano se pueden
combinar con una cazadora vaquera y unas sandalias, aprovechando así una misma
prenda en temporadas distintas. Gracias a su versatilidad, se han convertido en
prendas atemporales que saltan de una temporada a otra.
2.
Prendas de abrigo
Mientras que en invierno se
suman capas a los looks, en verano se restan. Sin embargo, para esas mañanas y
noches más frías, en las que una camiseta de manga corta no es suficiente, se
deben dejar un par de trench o bikers en el armario. Si además se combinan con
unos pantalones remangados a la altura del tobillo, una camiseta suelta y unas
zapatillas, el resultado será el perfecto look normcore.
3.
Pantalones
Cuando llega el buen tiempo no
hay que cometer el error de guardar todos los pantalones largos, ya que hay
días de verano en los que este tipo de prendas puede ser el mejor aliado. Se
aconseja dejar un par de jeans en el armario con los que enseñar el tobillo,
una moda que aumenta este verano. Resulta perfecto remangar los pantalones de
tal manera que dejen al descubierto esta parte de la anatomía y combinarlos con
deportivas, sandalias o, incluso, un buen par de tacones creará un effortless
look fantástico.
Aparte, customizar la ropa es
otra de las opciones para esas prendas viejas que ocupan espacio en el
armario. Romper un par de pantalones viejos dándoles ese toque degastado,
incluso añadiendo agujeros en las rodillas, será un plus a esos atuendos más
transgresores y frescos.
4.
Básicos
Las prendas básicas son igual
de socorridas tanto en invierno como en verano. A la hora de hacer el cambio de
armario se deben salvar básicos como esas camisetas de algodón en colores
blanco o negro, unos jeans o alguna camiseta de rayas estilo ‘navy’.
Su atemporalidad permite jugar
con ellas todo el año, quizás con americanas o con un jersey sobre los hombros,
creando looks limpios y poco cargados, perfectos para los días tanto calurosos
como frescos de estos meses.
5.
Calzado
Antes era impensable calzarse
unas botas o botines en verano, pero combinadas adecuadamente pueden
convertirse en un must estival. Con vestidos sueltos en blanco o crudo,
por ejemplo, aportarán a cada look ese toque boho chic tan de moda.
Lo mismo pasa con las sneakers. De
ser un complemento exclusivo de deportista, ahora esas zapatillas blancas de
última tendencia en la temporada pasada se pueden combinar perfectamente con
unos pantalones cortos y una camiseta básica o, por qué no, con un vestido
midi, haciendo un look sport-chic ideal.
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