lunes, 18 de julio de 2016

CINCO MITOS DIGESTIVOS ASOCIADOS AL VERANO


Desde digestiones que se cortan al bañarse, a siestas reparadoras, pasando por helados refrescantes, te lo cuento de la mano de la doctora Ana Bellon.

Hay quien todavía lo sufre, aunque más por conveniencia de los padres, que se quieren echar la siesta, que por precaución en torno a la integridad de los hijos.
Hablamos de ese tiempo indefinido, que puede ir desde la media hora hasta los 90 minutos y que uno cuando es pequeño tiene que pasar al borde de la piscina, bajo la sombrilla e incluso echado en el apartamento para “hacer la digestión”.
Es una de las mayores “torturas” que los niños de varias generaciones de españoles venimos recordando cada verano. Y de la que, quien sabe, si muchos si habrían librado, con algo más de información.

La digestión no se corta . Es el primero de los grandes mitos asociados al verano y la salud. Es un proceso que no se detiene y que, además, asegura la experta en medicina familiar Ana Bellón, se prolonga más de dos horas y puede durar entre diez horas y dos días.
Imaginaos lo que hubieran hecho nuestras madres y abuelas con ese tremendo dato, que no afecta al proceso de todo lo ingerido durante una comida, sino que puede referirse por ejemplo, a un único alimento, bien por su propia naturaleza, bien por intolerancias de quien lo ingiere.

Segundo mito: cuando nos encontramos indigestos, un pescadito a la plancha para cenar o una tortilla francesa. No necesariamente. Según la doctora, experta en nutrición, en el caso del huevo, la coagulación de la yema lo hace más difícil de tolerar, y en cuanto al pescado, el azul, que por un lado resulta bueno para la salud cardiovascular, por el otro, es muy dado a producir ciertas intolerancias digestivas.

Tercer mito: los helados son buenos en verano, porque, además de refrescarnos nos ayudan a hacer la digestión. Nada más lejos de la realidad. En copa, en cucurucho o en palo, su gran aporte calórico, en grasas y azúcares, nos conducen a la pesadez y la indigestión.

Cuarto mito: Las bebidas frías nos sientan mal . No es cierto, asegura la directora de  Centro Médico Bellón. Las necesitamos para regular nuestra temperatura corporal y, además, nos hidratan, una necesidad primordial en estos meses. Lo que si puede producirnos diarrea es el consumo excesivo de alcohol o de zumo de naranja en ayunas.
Si bebemos mucho alcohol podemos dar lugar a la relajación del esfínter, mientras que unas naranjas líquidas con el estómago vacío, como se suele decir, inducen al vaciado brusco de la vesícula biliar, pero no nos alivia el problema.
Además, este vaciado irá acompañado de dolor abdominal, malestar general, pesadez y sensación de indigestión.

Quinto mito: las siestas son para el verano. Que después de una buena comida y del baño nos apetezca dormir no quiere decir que sea lo mejor para la digestión. La posición horizontal, primero, y el calor, después, no favorecen la digestión. Y no son pocas las veces que nos levantamos sudando y muy pesados. Dormir después de comer engorda, además.

Por último, la doctora Bellón regresa al famoso corte de digestión, que no es sino una bajada de tensión al agruparse la sangre en el estómago durante el proceso digestivo. Es lo que se denomina Hidrocución y que ocurre si introducimos un cambio brusco de temperatura en el cuerpo, ya sea de frío o calor.
En el caso del baño, cuando el agua es fría, el corte de digestión ó síncope de hidrocución es la súbita pérdida de conocimiento como consecuencia del repentino impacto con el agua Es el clásico síncope por zambullida, no demasiado frecuente aunque temible porque suele provocar el paro cardíaco y por tanto impone la realización del masaje cardíaco para la reanimación.
Cuando nos referimos al aumento de temperatura, cualquier deporte que nos acalore después de comer puede producir el famoso e inexistente “corte de digestión”. No hace falta bañarse para ser víctima de un desmayo que puede acabar en graves consecuencias.
Practicar el ciclismo o el running en plena digestión supone un grave peligro.

Sobre la doctora Ana Bellon:
Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, con la especialización e Medicina Familiar y Comunitaria. Postgrado en nutrición, dietética y dietoterapia en la Universidad de Navarra y el postgrado de homeopatía en el Hospital Homeopático de San José en Madrid.

Colaboradora en el programa de Televisión Española; “La Mañana”, como experta nutricionista.


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